El piloto italiano, de 24 años, perdió la vida sobre la pista de Sepang.
A partir de ese momento comenzó una lucha contra el reloj por salvarle la vida. 45 minutos llenos de tensión en el 'paddock'. La carrera se había suspendido y todo el mundo esperaba noticias de 'Súper Sic'. Su padre Paolo y su novia Kate se temían lo peor.
Y llegó la noticia: "Marco Simoncelli ha muerto, a 23 de octubre de 2011, a las 16.56". Las lágrimas inundaron el circuito. Se iba un gran motociclista, la esperanza del motociclismo italiano para cuando se fuera Rossi, un potencial campeón del mundo. Pero, por otro lado, también se iba una gran persona. Al margen de sus polémicas en la pista con muchos rivales, sobre todo españoles, fuera de ella era una persona querida. Los que le conocían dan fe de ello.
Por eso su pérdida ha sido un palo muy duro. Por eso, la capilla ardiente y el funeral por Marco fueron un multitudinario homenaje a su figura. En Coriano, su pueblo natal, no cabía un alfiler. Todos querían despedirle. Una bonita y merecida despedida para 'Sic'. El mundo del motocilismo perdió a un gran piloto. El mundo en general perdió a una gran persona. Descansa en paz, Marco.
Por JUAN F. TORRES , LUIS D. QUILES, P. JOAQUÍN COLLADO Y F. PEDRO CASTILLO.
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